La brutal penetración de las redes sociales en nuestras vidas personales, profesionales y en la de nuestras empresas parece que ha dejado en un segundo plano a la web. 550 millones de usuarios utilizan Facebook, 150 millones Twitter, 75 millones linkedin (fuente: iredes).
La presencia en la redes sociales por parte de las empresas, por lo tanto, se hace imprescindible aunque no por ello nuestra estrategia o esfuerzos de comunicación se tienen que centrar exclusivamente en éstas.
Tenemos que seguir desarrollando nuestra web corporativa ya que es en ella donde se va a conseguir la conversión (materializar el interés de un usuario en un servicio o producto en una venta o petición de información).
Las redes van a potenciar nuestra notoriedad, vamos a estar más cerca de nuestros clientes y potenciales, vamos a poder captar necesidades y recibir sugerencias que nos permitan evolucionar nuestros servicios.
Pero el fin último debe ser conseguir que el usuario que nos sigue en las redes sociales salte a nuestra web y es en ésta dónde tendremos que convencerle de la bondad de nuestros servicios. Una web atractiva, dinámica y de fácil uso seguirá siendo la clave del éxito comercial en Internet.
Por lo tanto, la web sigue siendo uno de los principales elementos para la actividad comercial del despacho.